“Mi método ya no está en duda: todo el mundo puede ver a Leo semana a semana”, explica a MD Giuliano Poser, doctor especializado en medicina deportiva.
Por las calles del pintoresco pueblo de Sacile, bien al norte de Italia, cualquiera puede cruzarse al doctor Giuliano Poser, que camina por allí como uno más, sin hacer gala de la fama mundial que su nombre adquirió desde que Lionel Messi apareció en su vida. El problema surge cuando uno se presenta como periodista y le plantea que desea hacerle algunas preguntas. “La mayoría llega hasta aquí con la intención de indagar en tonterías y sacar información de mis pacientes famosos”, marca el territorio a modo de ‘bienvenida’, como el más férreo de los defensas ante un delantero movedizo.
Después del rotundo “no” en el primer contacto, en el segundo intento el médico abre las puertas de su modesto y ordenado consultorio, donde no hay mucho más que un escritorio, una camilla, unos cuantos portarretratos con fotos familiares y una caja con frasquitos que parecen ser algún tipo de medicina natural. “Eres el segundo periodista que entra aquí, de los muchísimos que lo han intentado”, advierte con cara de aprovecha tu chance y no la arruines, tras acceder a “cinco minutos de charla, sin nada de fotos”.
¿Cuál es su método?
Se llama kinesiología aplicada y consiste en realizar un estudio de la fuerza de los músculos del deportista y a partir de los resultados que arroja ese estudio, dictaminar el tratamiento, que es específico para cada persona, aunque la base siempre es una buena alimentación.
¿A qué llama buena alimentación?
Hay un conjunto de cinco alimentos a los que yo defino como gasolina súper: agua, un buen aceite de oliva, cereales integrales y frutas y verduras frescas biológicas, o sea no contaminadas con pesticidas, herbicidas y demás, porque eso hace mucho daño al organismo. También son muy buenos los frutos secos y las semillas. ¿Qué se debe evitar?
El azúcar. Es lo peor que hay para los músculos. Mientras más lejos se esté del azúcar, mejor. Las harinas refinadas también son un gran problema, básicamente porque hoy en día es muy difícil encontrar un grano de trigo sano, sin contaminar.
¿La sal?
Un poquito sí, porque la necesitan los músculos y el cuerpo en general.
¿Y la carne?
En la medida justa. Muchísimo menos de lo que habitualmente comen los argentinos y uruguayos, porque es un alimento difícil de digerir para el organismo.
Además de una buena alimentación, ¿qué utiliza su método?
Siempre depende de cada paciente. Algunas medicinas naturales, un poco de homeopatía o kinesiología, por ejemplo, pero lo importante es buscar la causa de la dolencia. Si al paciente le duele determinado lugar de su cuerpo, no hay que dar un medicamento para aplacar ese dolor, lo que se debe hacer primero es descubrir por qué le duele allí. Tener energía positiva también es determinante, tiene mucho que ver. Supongo que en un ambiente como el del fútbol, cuando usted dice estas cosas más de uno lo mirará de reojo…
Puede ser. En realidad hay bastante ignorancia en ese sentido y a muchos futbolistas al principio les cuesta entender, pero el que se anima a intentarlo y a las tres semanas ve los efectos, generalmente no vuelve nunca más atrás. Es abrir un poquito la cabeza. Por eso tengo esa frase ahí pegada y se la muestro a cada uno que entra aquí (señala una pegatina donde se lee ‘la mente humana es como un paracaídas, funciona sólo cuando se abre’). En esto es fundamental la confianza del paciente, por eso soy tan reservado. Si yo anduviera dando detalles del tratamiento de cada jugador a los periodistas que se acercan, perdería la confianza que ellos depositan en mí, por eso no digo ni diré nada puntual de ningún deportista. Otro detalle es el tiempo que se le dedica a la persona. Para atender bien a alguien yo debo conocerlo en profundidad y eso no se logra en cinco minutos. Yo podría recibir aquí a cientos de personas por día y llenarme de dinero, sin embargo atiendo a uno de cada cincuenta que me buscan y sigo poniendo ante todo la pasión que me genera este trabajo.
¿Cuánto influyó en su vida que se haya hecho público que Messi es paciente suyo?
Bastante. Diría que el efecto Messi convulsionó mi vida, sobre todo en los primeros tres meses, porque no paraba de sonar el teléfono y aparecían periodistas de todos los rincones del mundo, a los que no atendía, por supuesto. Eso altera el día a día de cualquiera, más de alguien como yo, que llevo una vida muy tranquila. Sin embargo, por otro lado todo el mundo vio y ve a Messi, y desde entonces ya no pueden poner en duda mi método. Queda a la vista de todos semana a semana.
¿Lo ponían mucho en duda? Por su explicación no parece algo alocado o difícil de llevar a cabo…
No lo es, pero he escuchado de todo sobre mi trabajo. En realidad, la gente con la mente un poquito más abierta de lo normal lo entiende perfectamente. No son alimentos exóticos los que yo recomiendo ingerir, para nada, pero si te fijas, la mayoría de los jóvenes hoy en día come muy poco de eso y mucho de lo que hace mal, como pizzas, bollería o comida rápida.
¿La genética tiene que ver con las lesiones?
Si un músculo se lesiona por un golpe o por un estiramiento mayor al debido por una acción de juego, no hay mucho por hacer, pero si la lesión no es por eso y se produce siempre del mismo hemisferio del cuerpo o el jugador se lesiona indistintamente de un hemisferio como del otro, eso decididamente tiene que ver con el modo de alimentarse, con un todo.
¿Los cuerpos médicos de los clubs de los futbolistas que atiende contactan con usted para intercambiar información, detalles y demás?
Algunos me han llamado enseguida y otros nunca, y no voy a decir nada más del tema porque no me interesa entrar en ningún tipo de polémica con nadie, así que por favor no me pidas especificaciones…
UNA VIDA EN EL DEPORTE
La postura inicial de Poser cambia cuando percibe que se respetan sus condiciones. La frialdad del principio da paso a una conversación amena y su tensión se distiende hasta el punto que los cinco minutos prometidos se convierten en media hora de entrevista relajada en la que, siempre sin indagar aspectos puntuales, hasta se puede hablar de nombres propios. En este caso de Leo Messi, cuya carrera cambió –para bien- desde que se puso en manos de este doctor italiano de 60 años que en su día integró los cuerpos médicos del Palermo, Udinese y Venezia y al que visitan ciclistas, esquiadores, nadadores o jugadores de voleibol. Entre 2006 y 2013 el astro azulgrana sufrió 11 lesiones. Sólo dos de ellas no fueron en los músculos: una fractura en un dedo y un esguince de tobillo. Las restantes fueron estiramientos o roturas musculares, casi todas en el bíceps femoral, tanto derecho como izquierdo. El tiempo total de baja por esas dolencias fue de 25 semanas, con todo lo que eso implica en un futbolista como Leo, que quiere jugarlo absolutamente todo y se enfada cuando no puede hacerlo. Desde el 10 de noviembre de 2013 hasta ahora Messi no ha sufrido más inconvenientes musculares serios. Sólo lo detuvo la rotura del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda, producida por un choque en un partido de Liga el pasado 26 de septiembre, ante Las Palmas. Lo que sucedió en estos dos años sin lesiones y sin arcadas tiene nombre y apellido: Guilano Poser.
PRIMERA VISITA TRAS EL MUNDIAL DE BRASIL-2014
El genio argentino acudió a él tras el Mundial 2014 y en poco tiempo perfeccionó lo que parecía perfecto. Perdió tres kilos y medio de peso y su cuerpo, ya privilegiado, se volvió más fibroso y liviano, y por ende más ligero y ágil. Fascinado con los resultados, Leo sigue al dedillo las indicaciones del italiano, a quien ya visitó en al menos siete ocasiones.
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